Regresan los freaks como personajes favoritos de los autores. Personalmente, creo que el personaje freak de ciencia ficción se está convirtiendo en un lugar común para intentar llevar la historia hacia quienes están “por fuera”. Funcionó en Chabon y en Lethem; se repite en los demás. Primero fue la novedad de Michel Chabon en “Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay” y Jonathan Lethem con “La Fortaleza de la Soledad”, después fue Junot Díaz quien contó la historia de su país con ese filtro en “La maravillosa vida breve de Ocar Wao”, ahora se ha vuelto costumbre y Antonio Ungar toma entre sus manos un fan de la ciencia ficción y la televisión para contar su visión sobre la política colombiana, en la novela que acaba de ganar el Premio Herralde “Tres Ataúdes blancos”. Dice Ungar en una entrevista a “La Vanguardia” de España.
“He elegido un narrador un poco descarriado, siempre encerrado en su habitación con el ordenador, educado por la ciencia ficción, internet y el manga, y que describe la realidad como si nunca la hubiera visto. Es como un niño metido a poli grande. Y en cierto modo, el común de la gente es bastante inocente respecto a lo que realmente se mueve en el poder. Y ellos ya se encargan de que la gente no tenga la formación y la educación que permita lo contrario.”
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